Qué es el Parkinson? Victoria Mora, la presidenta de la asociación Parkinson Valencia es muy gráfica definiéndolo: «Es una enfermedad con la que te mueves cuando no quieres y, cuando quieres hacerlo, nos deja quietos». Así de claro, sin ambages. Hasta con un punto de sorna. No hay que sentirse inferior. No es más que una enfermedad y la gente que la sufre quiere pelear cada día por salir adelante. Convivir con ella, ya que vencerla ahora mismo cosa de ciencia ficción.
Por eso, los trescientos miembros de la asociación valenciana se reunieron ayer en el viejo cauce para plantar cinco árboles. Pero no era un curso de jardinería lo que les llevó al parque, sino su voluntad de que todo el mundo sepa que existen y que, como cualquier otro enfermo, tienen una necesidades que muchas veces no pueden cubrir solos ni física ni económicamente. Por eso plantaron ayer cinco grevilleas (por cierto, los primeros ejemplares de esta especie que se radican en el río). Por eso el año anterior hicieron lo propio con otros doce arbolitos. La intención es plantar uno por cada enfermo, pero no caben en el río. En la provincia de Valencia se estima que son unos 10.000 enfermos de Parkinson. Sería el parque más grande de la ciudad: el del Parkinson.
Quieren que la gente cuando pasee, corra o retoce en el viejo cauce vea sus árboles y tenga un pensamiento por ellos, aunque si llega alguna ayuda económica para el grupo tampoco es cuestión de hacerles ascos...
Quieren que la gente cuando pasee, corra o retoce en el viejo cauce vea sus árboles y tenga un pensamiento por ellos, aunque si llega alguna ayuda económica para el grupo tampoco es cuestión de hacerles ascos...
Ayer acudió al acto ecológico y un subliminalmente reivindicativo el portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de Valencia, Joan Calabiug, y el Defensor del Mayor, José Pelegrín.
Entre ellos y Victoria acometieron el modesto y socorrido acto de levantar una servilleta en la que se puede leer que esas cinco grevilleas están ahí por algo y que se juntan a las doce y otra placa que unos metros más cerca del Palau de Les Arts colocaron el año pasado. Victoria aprovechó la coyuntura para recordar que necesitan cierta ayuda.
«Nosotros somos una asociación que cuenta con diez empleados y un local social. Nos pagamos casi todo con las cuotas, pero también necesitamos el respaldo de las autoridades y de todos aquellos que nos quieran apoyar», decía la presidenta sin dejar de moverse, pero sin dar puntada sin hilo en su discurso. Los árboles como sinónimo de movimiento (y no el de la enfermedad) sino de un grupo de personas que para vivir como el resto necesitan médicos, fisioterapeutas, terapeutas individuales, logopedas, piscólogos y trabajadores sociales.
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